

This is an authorized translation of an Eos article. Esta es una traducciĂłn al español autorizada de un artĂculo de Eos.
En Septiembre del 2018, un incendio forestal arrasó con aproximadamente 2,000 hectáreas de matorrales alrededor de Pichu Pichu, un volcán inactivo de los Andes peruanos.
Esta no serĂa la primera vez. En los Ăşltimos años, han incrementado los incendios en este ecosistema Ăşnico, causados principalmente por actividades humanas como la deforestaciĂłn y la agricultura de tala y quema. Un nuevo estudio publicado en la Spanish Journal of Soil Science ha revelado que estos incendios no solo dañan la vegetaciĂłn, sino tambiĂ©n el suelo. Incluso cuatro años despuĂ©s de los incendios del 2018, el estudio concluyĂł que el vulnerable suelo volcánico seguĂa sin recuperarse.
“Los Andes peruanos no están listos para los incendios forestales”.
“Los Andes peruanos no están listos para los incendios forestales”, dijo Jorge Mataix-Solera, autor principal y cientĂfico del suelo de la Universidad Miguel Hernández en España, quien ha pasado más de tres dĂ©cadas estudiando el impacto de los incendios en diferentes tipos de suelo.
En la regiĂłn peruana de Arequipa y ubicado a 3,700 metros sobre el nivel del mar, se encuentra el matorral de Pichu Pichu, uno de los lugares más áridos del mundo y considerado un desierto frĂo, con temperaturas que oscilan entre los 4°C y los 18°C. A diferencia de otros ecosistemas áridos, como los bosques del Mediterraneo o las praderas del Cerrado en el centro de Brasil, las plantas alrededor de Pichu Pichu no han desarrollado caracterĂsticas que las ayuden a adaptarse a los incendios forestales, como cortezas gruesas o semillas que germinen con el fuego. Para rematar, debido a las caracterĂsticas arenosas del suelo, este es naturalmente seco y altamente hidrofĂłbico.
Muestreo del suelo y examinaciĂłn de las plantas
Los investigadores ya tenĂan sospechas del gran impacto que tendrĂan los incendios en la regiĂłn. Pero para comprender de mejor manera el cĂłmo, se recolectaron 40 muestras de suelo de Pichu Pichu tres y cuatro años despuĂ©s del desastre de 2018, siendo la mitad de zonas quemadas y la otra mitad de zonas no quemadas.

Los análisis fĂsicos y quĂmicos revelaron que los incendios forestales causaron una grave pĂ©rdida de carbono en el suelo, que persiste incluso cuatro años despuĂ©s del incidente. El carbono del suelo es un indicador clave para conocer su salud, ayuda a que la tierra retenga agua, nos habla sobre la presencia de materia orgánica, es indispensable para su fertilidad y ayuda a prevenir la erosiĂłn. La pĂ©rdida de carbono tambiĂ©n provoca que el suelo se compacte, haciendo que este se vuelva inhĂłspito para que crezcan nuevas plantas.
Además de haber analizado la pérdida de carbono, los investigadores también se encargaron de estudiar el impacto que tiene la combustión en diferentes plantas del suelo. Para esto se recolectaron muestras de suelo debajo de las plantas que predominan en la zona: Berberis lutea, un arbusto que se mantiene sus hojas verdes todo el año conocido coloquialmente como “palo amarillo”, y Parastrephia quadrangularis, otra especie de arbusto mas pequeña conocida como tola-tola.
En un incendio forestal, las plantas se comportan como la mecha de una vela, el fuego se concentra en un punto y lo que ocasiona que aumenten las temperaturas en el suelo. Como ya se esperaba, los investigadores descubrieron que el suelo debajo del palo amarillo sufrió mas daños tras un incendio forestal, posiblemente porque al ser un arbusto grande, representaba una mayor fuente de combustible.
La incineraciĂłn de la vegetaciĂłn fue otro factor que causĂł daño al suelo, debido a que las plantas suelen retener humedad y ayudan a filtrar agua al suelo. Sin las plantas, el agua fluye sobre la superficie del suelo, causando una fuerte erosiĂłn y pĂ©rdida de materia orgánica. “Esta es una problemática muy particular en ecosistemas como Arequipa, donde la lluvia llega en periodos cortos y muy intensos”, afirmĂł Minerva GarcĂa Carmona, coautora del estudio y edafĂłloga de la Universidad Miguel Hernández.
Además, Carmona destacó que la destrucción de la vegetación nativa de estas áreas amenaza directamente a la biodiversidad, y puede tener efectos a largo plazo en la fortaleza de los ecosistemas.
Mataix-Solera tuvo resultados similares en investigaciones previas donde se estudiaron los suelos de Torres del Paine en la Patagonia chilena, los cuales se vieron afectados por un incendio en 2011.
Incendios más intensos
Para Stefan H. Doerr, un experto en incendios forestales suelos de la Universidad de Swansea en el Reino Unido, este nuevo estudio es muy importante, ya que los suelos de los Andes han sido poco estudiados. “Conocemos poco sobre los incendios en los suelos poco aptos al fuego de los ecosistemas andinos”, destacó Doerr, señalando que los suelos de origen volcánico son los más fértiles, además de que alimentan al 10% de la población mundial.
En los Ăşltimos años, PerĂş ha experimentado un aumento considerable en los incendios forestales, causados principalmente por el pastoreo y actividades con fines agrĂcolas, como la quema y remociĂłn de vegetaciĂłn. En 2024, más de 200 incendios forestales afectaron a casi todas las regiones del paĂs, exceptuando a dos, y más de 2,200 hectáreas de pastizales fueron destruidas, de acuerdo con el Instituto Nacional de Defensa Civil del PerĂş.
“Estos ecosistemas son muy frágiles, y lo mejor que podemos hacer es evitar las actividades humanas que ocasionan este tipo de incendios.”
A medida que el clima cambia y las temperaturas aumentan en el mundo, se tiene previsto que los incendios sean más comunes, especialmente en lugares áridos como los Andes peruanos, dificultando aún más la recuperación de los ecosistemas. “El problema con el cambio climático es que está ocurriendo en un periodo muy corto de tiempo, y los ecosistemas no pueden desarrollar estrategias para adaptarse a él”, destacó Mataix-Solera.
Los cientĂficos han mencionado algunas estrategias, como del mantillo o acolchado, que podrĂan ser probadas para la recuperaciĂłn del suelo. El mantillo consiste en cubrir el suelo dañado con materia vegetal, como hojas o aserrĂn, para disminuir la erosiĂłn y ayudar a las plantas a crecer.
Sin embargo, los investigadores insisten en que la solución definitiva para los daños causados por los incendios forestales es evitarlos desde el comienzo. “Estos ecosistemas son muy frágiles, y lo mejor que podemos hacer es evitar las actividades humanas que ocasionan este tipo de incendios”, dijo Mataix-Solera.
—Sofia Moutinho (@sofiamoutinho.bsky.social), Escritora de ciencia
This translation by Oscar Uriel Soto was made possible by a partnership with Planeteando y GeoLatinas. Esta traducciĂłn fue posible gracias a una asociaciĂłn con Planeteando and GeoLatinas.
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